Todo buen futbolero de más de 50 años tiene entre sus mandamientos utilizar por lo menos una vez al día la frase “futbol era el de antes”, nombrar a un jugador no tan conocido (incluso algunos de incomprobable existencia) diciendo que fue el mejor que vieron en sus vidas (“era tres Maradona juntos…”), recordar una anécdota “graciosa” en la que un defensor le producía a un rival un traumatismo de cráneo mediante una patada ninja con el aval del árbitro (“esos eran códigos…”), quejarse absolutamente de todo (“antes no hacía ni tanto calor ni tanto frío”) sin tener en cuenta que también ellos son parte del futbol, y, por supuesto, juntarse una vez por semana a cenar en un tradicional lugar de Buenos Aires a canalizar entre ellos estas inquietudes.
Fatiga Russo le contaba el otro día a Olé:
-¿Y ya llevaste a algún jugador de River a las cenas de los miércoles?
-Ya vino Buonanotte una vez y Ferrari quiere ir. Es bueno que escuchen a esa gente y hablen de fútbol. También llevábamos a los de Huracán, a Bolatti, a Defederico. Van Angel, Cayetano Rodríguez, Angel Félix, el Flaco, el doctor Leali, Signorini. Y se sumaron Navas, Cocca, Barros Schelotto, Rotchen. Un poco de veteranos y otro poco de la juventud que está saliendo. Somos varios. Son charlas lindas, de fútbol, compartimos las penas y las alegrías.
Pero sin dudas, el grupo de reunión más tradicional y emblemático se junta los jueves en La Raya (por varios motivos no podría ser otro el nombre, sobre todo cuando uno ve los rituales obsesivos en forma de cábalas que presentan ciertos integrantes de la mesa). Este cerrado grupo, de códigos muy similares a los que maneja el ala más conservadora de La Cosa Nostra, tiene como emblemas al Coco, a Mostaza y al Bambi. Como toda estructura mafiosa presenta una “pata periodística” representada en este caso por el irritable y mediático Horacio Pagani, entre otros.
Veamos cómo los muchachos hicieron emocionar al inconmovible Coco en el 2007 cuando le hicieron una foto para desearle suerte en su segundo ciclo en la Selección:
«Ahí están Mostaza Merlo, con una sonrisa inolvidable; el Bambino Veira, con sus frases; Roberto Saporiti y sus recuerdos; Horacio Pagani y su defensa a los periodistas; el doctor Cacho Palladino y su aura patriarcal. Están (casi) todos. ´Faltan el inglés Babington, Chiche Sosa, ahora también viene Guillote (Coppola), pero están todos´, sigue mirando el cuadro el técnico de la Selección. Hasta que, de pronto, salta: ´Uhh, el Bambino me cagó el lugar´.» (Citado de Olé)
Y, por último, una foto de otros tiempos en la que el Coco, Mostaza, Pagani y Cherquis le festejan el cumple a Diegote, en medio de unas camisas que desafían insolentemente al buen gusto: