La verdadera historia del mintonette

Regueros de tinta y sangre se han gastado hablando de la historia del mintonette, el popular deporte originario de Estados Unidos, muy jugado en la Argentina y el mundo, que nos ha dado medallas olímpicas y que ha sido practicado por todos y todas alguna vez. Pero aquí presentamos la definitiva y oficial historia de uno de los deportes más populares e importantes del mundo.

El mintonette es originario de Springfield. Pero no, no se trata de una broma y estamos hablando de un deporte que aparece en Los Simpsons. No, hablamos de la ciudad de Springfield, en Massachusetts. Más precisamente en el YMCA de ese lugar. Allí William Morgan, director de Educación Física de la organización de jóvenes cristianos, decidió buscar una alternativa deportiva que pudiera jugarse bajo techo, pero que no fuera tan violenta como el básquetbol, inventado por James Naismith solo cuatro años antes y en ese mismo lugar: la YMCA en el Springfield College de Massachusetts. Para saber más sobre el origen del baloncesto y sobre los baloncestos alternativos, pueden visitar esta nota que publicamos hace un tiempo en la revista Vice.

El viejo Naismith con su invento

William Morgan tenía solo 25 años cuando siendo director de Educación Física inventó este nuevo deporte, ya estando en la YMCA de Holyoke, Massachusetts. Había trabajado en el negocio familiar de la construcción de barcos. Ya en el Springfield College fue reclutado por el propio Naismith para jugar al fútbol americano. De hecho Naismith, además de ser inventor del baloncesto, es quien incluyó el casco en el fútbol americano, posibilitando de este modo que muchos estudiantes estadounidenses mantuvieran la vida para poder perderla en las múltiples guerras que vendrían. Morgan, por su parte, tuvo 5 hijos y terminó trabajando como vendedor para General Electric y Westinghouse.

Un SEÑOR

Morgan buscaba un deporte que fuera menos rudo que el basquet. Y que pudiera ser jugado por los miembros más viejos de la paradójica YMCA. Allí comenzó a mirar otros deportes de los cuales extrajo diversos conceptos, como el handball (pero no el que conocemos hoy, sino una especie de frontón, familiar de la pelota vasca, que se jugaba desde 1873 en San Francisco, y que podía jugarse de a dos, de a tres o de a cuatro, contra una, tres o cuatro paredes), el tenis, el faustball (esto es solo una teoría no consensuada) y el bádminton. Y es del badminton que extrae su nombre.

Quizás intentando eliminar la palabra “bad” del nombre de un deporte que estaba siendo inventado como algo bueno, pero dejando la referencia, le puso Mintonette: tiene Minton, el final de la palabra bádminton, y además, si los diminutivos y el idioma francés suavizan todo, un diminutivo en francés era lo indicado: allí le agregó el ette. El 9 de febrero de 1895 estaba inventado el nuevo deporte.

El nuevo deporte comenzó a edificarse y practicarse en el college, hasta que apenas al año siguiente -en 1896- Afred Halsted, también profesor de la misma casa de estudios, le incluiría una reforma que lo cambiaría para siempre. Le sugirió a Morgan que le cambiara el nombre a su nueva invención. Teniendo en cuenta que el eje del deporte era que una pelota viajaba por el aire, le propuso una palabra que enseguida convenció al inventor: volleyball, que significa justamente “balón que vuela” o “balón volea”.

El nuevo deporte fue muy popular entre los fantasmas

El resto de la historia es más conocida. Enseguida se popularizó; a comienzos de siglo XX ya era jugado en muchos países; llegó a ser olímpico en 1964 y nos acompaña hasta nuestros días, aún cambiándosele reglas -cada tanto- que le permitan al mintonette, ser cada vez más divertido.