Volvió Nadal. Había muerto. Lo reconstruyeron, lo rearmaron como a Frankestein y lo largaron a la cancha. Si bien sabe jugar al tenis (bah, calculo que sí, fue número 1 del mundo), sus fuertes siempre fueron su físico y su corazón. Decían los periodistas especializados, como Jumagu, que ya su físico estaba acabado. Y tenían razón. Pero «el corazón manda» dice una publicidad de Topper y sabemos que la publicidad nunca miente, a lo sumo tergiversa, engaña o crea mundos ilusorios y ficticios para vender un producto. Y el corazón de Rafa está intacto. No, peor, está resentido, con sed de revancha.
Ya había vuelto Nadal en el polvo de la gira latinoamericana. Pero ahora volvió en serio: ganó su 22° Masters Series, le ganó a Federer (2°), a Berdych (6°) y a Del Potro (7°), en cemento y ya es número 4 del mundo. Justamente este último (Del Potro, no el mundo) también vivió una semana similar: le ganó a Djokovic (número 1 del mundo) y a Murray (3°) y regresó a los primeros planos en serio; ya le puede ganar a cualquiera. Pero no le alcanzó frente a Nadal pese a que hizo todo lo posible, fue 4-6, 6-3 y 6-4.
La sombra chinesca de Delpo es Louis Armstrong. Muy buena.
Le sale re bien la sombra de Condorito!
Es Condorito!!
Condorito!!!!!!!