Bola Sin Manija

Fundamentalistas de la verdad alternativa

GRUPO C: Dinamarca 0 – Túnez 0/ Francia 4 – Australia 1

Parecía que el día iba a llegar, por una cuestión de orden temporal y del calendario, y finalmente llegó: hoy fue 22 de noviembre y tal como vaticinaban los más y menos escépticos, este día empezó el grupo C.

La verdad, queridos lectores, es que no fue fácil ponerse a ver Dinamarca Túnez después del fracaso de la selección argentina ante su disimilar de Arabia Saudita. Mientras daneses y tunecinos salían a la cancha, este cronista todavía estaba procesando la decepción de la derrota y dándole forma a elevadas reflexiones explicando al inesperado traspié de nuestra selección. Muchos pensamientos rondaban aún mi cabeza hoy por lo mañana, todos en general en torno a la idea de que lo que faltó fueron jugadores con hambre y que Scaloni debió armar una selección local y empezar a entrenar en Doha en enero a las 5 de la mañana cargando bolsas y cagándose a piñas en una habitación y diciéndose las cosas de frente. Pero todo esto ya era tarde, o sea eran las diez y cuarto, y el partido entre daneses y tunecinos ya había arrancado; así que prendí el dispositivo electrónico con el que veo imágenes y me entregué al análisis del encuentro.

Lo más sano del fútbol: el reiki post partido.

EL PARTIDO

Dinamarca y Túnez no comparten muchas cosas tal vez, pero sí algo. Los dos tienen camisetas rojas y blancas, y nadie sabe bien cuál es la titular y cuál la suplente. NADIE. Y no me digas «yo sí» porque es mentira o estás equivocado: son intercambiables y dicen que es titular o suplente según la conveniencia. Esta ambigüedad con el tema de las camisetas titulares y suplentes generó no pocos temores antes del partido, pero finalmente no fue impedimento para que la humanidad mostrase una vez su voluntad de cooperación y de, ¿por qué no?, acercarse al socialismo, cuando convinieron que unos usaran la blanca y otros la roja, de manera de no confundirse y darle una mano al siempre castigado espectador de fútbol, lo más sano del voyeurismo.

El partido terminó cero a cero pero fue extrañamente un partidazo y fue Túnez, sí, y no Dinamarca, no, quien más peligro llevó al arco rival. Con un fútbol enérgico y vertiginoso aunque no muy claro, y gracias al ritmo de msakni, skiri, chiriti, jebali y makani (puede que no todos estos nombres sean correctos pero así los recuerdo), Túnez tuvo varias veces el gol entre sus manos. pero como esto no es handball de poco le sirvió y tuvo que quedarse con las manos vacías de gol aunque llenas de valla invicta, y por eso el marcador final fue 0 a 0.

Dinamarca, sin los hermanos Laudrup ni otros jugadores famosos que no son daneses, se mostró sorprendida por el ritmo y efervescencia de los africanos, pero también tuvo sus chances claras. Cornelius cabeceó una pelota al palo estando a 10 centímetros del arco, y Eriksen paralizó el corazón de todos pero por suerte no el suyo con un zurdazo impresionante que el arquero tunecino desvió con una volada de superhéroe.

Hasta el último minuto, que en este mundial es aproximadamente el 124, el partido se mantuvo en un toma y daca constante, y parecia que el «Barba» (Simon Kjaer) no quería que esto terminara sin goles , pero a veces las cosas pasan aunque uno no quiera y el resultado final fue cero a cero. Inolvidable? No, pero siempre quedará el resultado en wikipedia para cuando no nos acordemos de cómo salió el partido.

Francia 4 Australia 1

Después fue el turno del campeón del mundo, Francia, y otro equipo, Australia.

Luego de un inicio entusiasta del equipo que representa al país de cocodrilo dundee, que hasta se encontró con un gol convertido por el presagioso Goodwin, enseguida Francia se quitó la modorra y podríamos decir que se enojó. ¿Y qué mejor para enojarse que contar con un jugador como Rabiot? El sexy volante de la Juventus empató de cabeza y después presionó a la débil defensa australiana que, abrumada por su sex appeal de galán algo feo de la nouvelle vague, más que nada de película de Rohmer, le cedió el balón para que luego combinara con Mbappé y finalmente con Giroud. Dos a uno.

Rabiot, una vez que no jugó contra Australia pero sí contra Croacia, que tiene mucha colonia en Australia.

El segundo tiempo se volvió rápidamente un entrenamiento y un mero espectáculo para ver cuántos goles o «qué cosa» hacía Mbappé, mientras los comentaristas de la televisión argentina seguían diciendo «qué canchero que es» cada vez que simplemente tocaba la pelota o intentaba gambetear. Australia, por su parte, intentó contrarrestar y metió una buena cantidad de jugadores nacidos en otros países, intentando imitar el modelo de Francia en 1998, pero olvidó la parte de que esos jugadores nacionalizados no sean horribles y que más o menos puedan contribuir en algo.

Terminó 4 a 1 pero podría haber terminado 5 o 6 a 1. Francia todavía tiene que jugar 6 partidos más. Australia, más aliviado, sabe que en dos partidos ya se puede volver a casa.

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Esta entrada fue publicada en 22 de noviembre de 2022 por en Qatar 2022 y etiquetada con , , .

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