Después de despedir a los nigeranos en San Pablo nos dirigimos hacia Brasilia, la fantasía burocrático arquitéctonico artística de Kubitschek, Lucio Costa y Oscar Niemeyer, para vivir la mayoría de los partidos que este móvil presenciará en la Copa.
Nuestra primera residencia fue en Sobradinho, pero no en el Sobradinho que todos conocemos sino en el II, mucho más under y renovado. Se trata de una ciudad satélite de Brasilia que se encuentra a una hora de viaje en colectivo y que es humilde pero honrada. Vimos todos los partidos correspondientes y dormimos.
A mí llegada a Brasilia presencié momentos de tensión después de que una niña no pudiera sacar la cabeza de entre unos barrotes, donde la habia puesto por diversión. Después de largos minutos la policía de Brasilia resolvió el caso y se escucharon aplausos.
Al día siguiente nos dirigimos al estadio Mané Garrincha para asistir a Portugal Ghana. Días antes me había encontrado gritando un gol sobre la hora de Portugal (algo que jamás haría normalmente) ya que ese gol evitó que el partido para el que tenía entrada se convirtiera en un mero amistoso. Ahora Portugal tenía que golear y Ghana ganar, y claro esperar que Estados Unidos perdiese contra Alemania. Ya en la entrada notamos que había una clara mayoría portuguesa, aunque probablemente falsa o semi falsa, ya que en muchos casos se tratarían de brasileños apoyando a Portugal, un poco por una cuestión familiar y un poco para apoyar a CR7, contra de Messi. Los ghaneses por su parte se contaban por unidades de 1 ghanés.
El ambiente fue mucho más apagado que en Belo Horizonte, sin nadie hinchando por los equipos de la ciudad (que literalmente no tienen hinchas) y pocas olas en las tribunas, por lo que la FIFA colgó la bandera celeste. Como mencionamos, el público apoyaba a Portugal pero esporádicamente y sin mucha intensidad, quizás por la falta de expectativas sobre las posibilidades del equipo. Solo una imagen encendía a la gente y esa era la de Cristiano Ronaldo, ya sea en registro pregrabado o transmisión en vivo de cómo el astro se miraba a la pantalla, lo que generaba un juego de espejos que casi provoca una explosión en el sistema de vídeo.
El partido arrancó con Portugal mucho más decidido y llegando varias veces, pero incluso habiendo disparado un rematecentro en el palo, CR7 no parecía el mismo en velocidad y reacción. El gol en contra de Boye encendió a los aficionados y Portugal estuvo cerca del segundo pero falló. Todavía tenía que hacer 3 goles y esperar derrota de USA. En el segundo tiempo, Ghana se despertó (el efecto con delay de los premios atrasados cobrados el día anterior), empató y estuvo cerca de ganarlo justo cuando Alemania ganaba el campeonato ético ganando 1 a 0. Pero se apagaron, Portugal metió el segundo y el partido se convirtió en algo medio triste pero entretenido, porque ninguno de los dos creía realmente en meter 3 goles (Portugal) o 2 (Ghana), pero iban por obligación y se descuidaban en defensa, lo que generó muchas situaciones de gol desperdiciadas, muchas de ellas por Ronaldo.
Terminó el partido y el público no aplaudió ni reprobó al equipo y muchos aplaudieron a Cr7, pero cuando el tablero electrónico indicó que este último había sido elegido mejor jugador del partido se escuchó un sonoro abucheo como diciendo «todo bien con Cristiano, pero mejor jugador del partido? dale…».
Como corresponde a cualquier encuentro futbolístico, el tercer tiempo se desarrolló en el megashopping más cercano del estadio. Allí disfrutamos de un pollo grillado con puré y mandioca frita mientras veíamos el decisivo duelo para definir qué equipo iba a ser Argelia. Finalmente fue Argelia, que empató heroicamente con un gol que debió ser anulado aunque ya no recuerdo por qué.
La vuelta a Sobradinho fue especialmente difícil. Brasilia podrá haber sido diseñada para ser inolvidable como dice el lema de la ciudad, pero lo que es seguro es que fue diseñada para gente con autos o transformers pero no para seres humanos sin ruedas ni carrocería fusionada. Las calles son amplias y sin veredas, lo que te empuja a improvisar senderos en estacionamiento, terrenos precarios y especialmente grandes avenidas, por lo que continuamente se coquetea con la muerte. Aclaro que con esto no me refiero a periferias, sino a itinerarios mainstream como ir del centro de la ciudad a la terminal (que también está en el centro, o sea, del centro al centro). La terminal de colectivos es utilizada casi absolutamente por gente de medios o bajos recursos, sin automóvil y aún así tienen que desafiar al Dios de los accidentes de tránsito en cada cruzada. Sí, la arquitectura de Brasilia es impresionante, pero es totalmente hostil con los meros peatones como vos y yo (si tenés auto morite y no sigas leyendo, forro).
Aprovechamos el día siguiente, el primero sin partidos desde el inicio de la Copa, para ir acostumbrándonos a la vida sin mundial (¿vida?) que se viene dentro de poco y a conocer la parte más hermosa de Brasila que es el eje monumental, donde se ubica la explanada de los ministerios y el caminito de obras de Niemeyer, cuya principal vedette (pero santa) es la Catedral, una construcción de tamaño medio pero que asombra por su forma de flor, por su campanario aparte, porque está rodeado de agua y tiene su ingreso mediante un túnel y por muchas cosas que son mejor descritas en revistas y blogs especializados. De todas maneras, más allá de la catedral, el museo, los ministerios, el edificio de gobierno y más, sigue extrañándome cómo los edificios de la administración pública nacional son tan inaccesibles al peatón. La ciudad parece diseñada para que en caso de que tengas que peticionar ante las autoridad debas hacerlo en taxi o cruzar corriendo y temerariamente las enormes calles que rodean los búnkers, como burlando la seguridad del castillo medieval de un videojuego.
Luego llegaría el momento de tomarme nuevamente una combi «pirata» (los colectivos pasan muy cada tanto y las combis cuestan lo mismo y son más directas) para volver a Sobradinho 2. Al día siguiente me volvería a tomar esta van pero embarcando en la parte trasera, donde va el equipaje y donde fue mi equipaje, a quien tuve el placer de acompañar personalmente debido a la falta de espacio para humanos en el cuerpo del vehículo. La verdad es que viajé muy cómodo. Ese día me tenía que juntar con mis compañeros de aventuras en un departamente ubicado en un hotel y alquilado a un precio extrañamente barato, pero como jugaba Brasil, no tenía forma de movilizarme más allá de la terminal y allí me quedé viendo, entonces, con el verdadero povo brasileño, el pobre desempeño de la verdeamarelha frente a Chile. El público, con mucha presencia de minúsvalidos y homeless, vivió el partido entre risas y sólo comenzó a preocuparse en el alargue. Durante los penales sí la tensión fue máxima y el estallido puede verse a continuación.
Ya en el hotel, el móvil cinco gritó desaforadamente los lujos de Bryan Ruiz contra Grecia (alguno dice que le pegó mal en el gol… pobre) y las atajadas de Keylor, transformado ya en un nuevo ídolo, al menos para mí y para mi amigo Hernán López Winne, CEO de Ediciones Godot. La verdad es que no fue el Costa Rica del pueblo que todos queríamos ver, pero la clasificación se festejó anyway como dicen los anglófonos.
El día siguiente nos encontró sin ganas de salir del hotel, un poco por las comodidades del mismo y otro poco porque estaba tan aislado que la sola idea de planear una salida bajo el hostil sol de Brasilia generaba mucha pereza. Holanda México. México jugó muy bien casi todo el partido. Apenas se produjo aquel milagroso gol estadounidense a fines del año pasado que le dio una clasificación ya resignada a México, tuve una certeza algo exagerada «México campeón del mundo». Eso, claro está, no aconteció, pero sí que México jugara en buena forma y realizara un buen mundial. Holanda agobiado en parte por el calor de Fortaleza hizo lo que pudo y lo ganó con la camiseta, porque sin la camiseta no está permitido jugar.
Francia Nigeria.
Debido a la urgencia de tomar un avión solo dos horas después del partido salimos con las mochilas con toda nuestra ropa al Estadio Mané Garrincha para el gran partido de octavos entre Francia y Nigeria. Afortunadamente la gente del estadio fue o generosa o perezosa y casi no nos revisó en el ingreso, lo que nos ahorró tiempo y nervios. Una vez adentro, hicimos algo medio argentino que fue, dado los claros que se ven en la categoría 1 en todos los partidos, esperar al inicio del partdo y ahí meternos en esos asientos abandonados, por lo que terminamos viendo el juego en asientos de primera, bien pegados al campo, lo que nos permitió tener una interacción face to body con los jugadores y gritarles lo que les gritamos habituamente por televisión esta vez en vivo y con una mínima posibilidad de que las escuchen. Algunas de las cosas gritadas fueron:
«Good, Peter, Good!» («Bien, Pedro, bien»; a Peter Odemingwe por una buena jugada)
«To Musa, To Musa» («A Musa, a Musa»; pidiendo a un jugador nigeriano que se la pasara al talentoso delantero)
«wuuuuuuuu Giroud!!!!» («wuuuuuuuuu, Giroud»; antes del partido, elogiando la belleza del francés)
«Tu est un mort, Giroud» («sos un muerto, Giroud»; destacando la impericia del mismo jugador)
«Lloris, take out the extra ball!» («Sacala, Lloris»; en un momento había dos pelotas no el campo de juego, lo que desesperó a este móvil)
«Oh, come on! He’s wasting time!» («Ay dale, está haciendo tiempo!»; al árbitro norteamericano, ante una avivada de Koscielny)
«dale como viene» («hit it as it comes»; l lateral nigeriano que se proyectaba. A veces los idiomas se mezclaban un poco)
Nigeria jugó un lindo partido, pero al promediar el segundo tiempo la sospecha de que el partido lo perderían por alguna jugada tonta ya era muy fuerte. ¿-Cuántos partidos hemos visto así en 8vos? dondel el chico sorprende tocando lindo pero sin demasiada profundidad y el grande, en un rapto de lucidez determina el juego? Muchas, aproximadamente 14, pero habría que confirmarlo. Así efectivamente aconteció y los bleus se fueron felices, al menos todo lo feliz que puede estar un francés.
Luego sí, tomaríamos el avión a Salvador porque nos llamaba Bélgica – USA, pero esa historia, esa historia todavía no se escribió aunque ya sucedió.