No entendíamos bien qué significaba eso de ser la Cenicienta del futbol. Pensábamos en el Príncipe Francescoli recorriendo concentraciones con un botín talle 34 buscando a un jugador que le calzase. Pensábamos que ese jugador debía ser compañero del Ratón Ayala y de la Rata Rodríguez, pensábamos también en el Alianza Lima, por eso del medio de transporte que acaba hecho zapallo. Pensábamos en hermanas maléficas y entonces nos sonaba Forlán. Después vimos la Copa América y los relatores nos dijeron que la Cenicienta era Venezuela.
Sin embargo, la Vinotinto se vistió más bien de príncipe y la cenicienta fue Argentina.
La selección del país cisandino (o sea la nuestra) tiene un nombre que en realidad es un adjetivo: «argentina», que significa «plateada». «Cenicienta» es otro adjetivo también: digamos «cubierta de cenizas». Argentina entró vestida de gala impulsada por las hadas de la historia, creyó que iba a sacar a bailar gente y la bailaron. El Príncipe Vinotinto la buscó, le encontró la horma del zapato, y finalmente nos mostró una escena que viene después del final del cuento: la consumación de la noche de bodas. Sí, Venezuela nos rompió esa tela que cada vez era más delgada y que intentaba sostener un honor guardado por años. Dieciocho encuentros impoluta, la Cenicienta Argentina creyó que nunca terminaría desgarrada y sangrando por la herida, pero el reloj dio las 11 (las 12 hora de Venezuela) y las campanas y los fuegos de artificio señalaron que el maquillaje ya no podía disfrazar más lo que se veía venir.
Venezuela jugó el futbol que nos gusta a los que nos gusta el futbol. Y no desde ayer, sino desde hace ya un buen tiempo. Muchos venezolanos señalan al Pato Pastoriza como el iniciador del cambio de mentalidad de la Vinotinto. César Farías sin dudas es quien los ha convencido definitivamente de que podían. Y vaya mérito, convencer de que se puede así. Porque a los equipos chicos se les suele enseñar a suplir con garra, con corridas, con golpes y escondiendo la pelota, la falta de calidad para enfrentar a un rival «superior».
En esta época en que hasta el grande apela a las más sucias artimañas para ganarle a cualquier precio al chico (véase la vigilia de estruendo y bombas de humo en el hotel de Belgrano propiciada por hinchas de River la noche previa a la debacle final), Venezuela decidió apostar a jugar al futbol. Tocó la pelota de acá para allá, siempre apelando al pase al pie, hacia adelante, sin achicarse a la hora de tener que quitarle la pelota al mejor del mundo. Venezuela tuvo anoche jugadores en un nivel extraordinario.
Sí, resultadistas del mundo. Grecia de la Eurocopa 2004 fue el campeón más horrible de la historia del futbol: formaba 1-10-0-0, con un actor al arco, pateando al touch, reventando la pelota en laspadinos «pases a la tribuna», pegando y aburriendo. Los líricos siempre dijeron que jugando bien también se termina ganando por lógica, y esa lógica ayer por fin se dio. Venezuela ya le ganó a todos los cucos y va por más. Y si algún amargo levanta este post en 3 años y al final Venezuela no clasificó ¿quién le quita lo (que nos ha) bailado?
Por suerte el partido se jugó allá, lejos de un Monumental lleno de amigos de la patada, pidiendo que vuelvan los que hachaban el mediocampo con un cuchillo entre los dientes, aplaudiendo a Mac Allister cuando la reventaba en el repechaje frente a Australia, silbando a los habilidosos, y delirando hasta el paroxismo si se gana como quería ganar el técnico: «medio a cero». Lamentablemente no se nos ocurrió verlo con relato venezolano, que debe haber sido genial (alguien twitteó que el relator de allá decía «hay que encarar a Demichelis que es de ma-de-ra»), y hubo que escuchar a los que ya sabemos, denunciando conspiraciones de los alcanzapelotas que jamás existieron, y dándose vuelta como panqueques para terminar alabando a una Venezuela a la que pintaron como muy inferior y al final resultó que tenía «todos sus jugadores en Europa» (Rennie Vega, Vizcarrondo…. emmm, no).
snob! antiargentino! miembro del eje del mal! twittero K!
no se me ocurren más insultos :)
Lo de las pelotuditas de Fucks, Titi y Closs diciendo «ahi fue un ayudante a hablar con los alcanzapelotas» fue vergonozoso. Que se ponga la pilas Cris porque si sigue poniendo estos gansos a relatar «nuestro» futbol, va a perder votos.
esta severe