Bola Sin Manija

Fundamentalistas de la verdad alternativa

Grupo D o la tragedia de ser favorito

Este grupo, tantas veces confundido por este cronista como el Grupo C, tiene más de una enseñanza para dejarnos después de los últimos partidos jugados el pasado miércoles (por decir un día, no tengo idea cuándo fue). La primera es que nunca hay que llegar bien a un mundial, nunca hay que ser favorito, debe evitarse a toda costa. Todo equipo que llega bien encaminado, en una buena senda de resultados y juego, y recibe el mote de «candidato» o posible revelación tiene un 99% de probabilidades de fracasar, lo que obliga a cuerpo técnico, jugadores y allegados a ir en puntitas de pie para manejar bien la situación. Vamos a repasar la suerte de cada uno de los equipos de este grupo y la lección que cada experiencia nos deja para futuras citas mundialistas.

Ya sabemos que ser favorito es una tragedia, ¿pero qué pasa si uno tiene la desgracia de cargar con esa etiqueta? Por supuesto que no se puede ir simplemente a tontas y a locas perdiendo cualquier partido para revertir el escenario y dejar de ser favoritos; hay que manejarse con prudencia. Perder los partidos así como así te puede llevar a la eliminación y por eso es fundamental saber cuándo y cómo perder, tal como lo ha hecho Argentina en esa paliza estratégica de L. Scaloni que significó el 1-2 frente a Arabia. Por su parte, la enseñanza que nos dejan especialmente Túnez y Dinamarca, ya vamos a profundizar, es que si llegás bien, tenés que perder rápido, RÁPIDO, y no empatar, sino PERDER, perder, muchachxs, para no dejar lugar a dudas y contra un equipo horrible si es posible. La segunda enseñanza que deja este grupo, pero me animaría a decir que el fútbol en general, es que nunca hay que ganarle a los grandes, porque si lo hacés, después perdés con los chicos y son más los chicos que los grandes. En todo caso, si insistís en ganarles, tenés que ganarles de verdad, no empatarles (o sea, meter mínimo un gol más), y asegurarte también de que en tu grupo haya dos poderosos, tal como hizo Japón con gran sabiduría oriental milenaria arte marcial, de manera que puedas obtener seis puntos.

Australia

Si hablamos de Victoria, bien podríamos hablar de Australia y no sólo porque es uno de los seis Estados del país de Inxs. La Australia de Mitchell «Archiduke» Duke hizo los deberes y se apegó a un plan de LABURO: primero dejaron una mala imagen y perdieron por goleada en el debut contra Francia, y así llegaron de punto al partido que en los papeles era el más equilibrado: Túnez. Ante esto, el resultado ante los africanos fue lógicamente una victoria, pero los australianos se ocuparon de que fuera una victoria discreta, que no levantara el avispero, una victoria mínima, no exenta de suerte, con mucha entrega y aún más limitaciones. Gracias a este triunfo austero frente a Túnez, Australia logró algo que pocos equipos pueden lograr: llegó al tercer partido nuevamente como punto, ¡pero esta vez con tres puntos en el bolsillo! La clasificación al alcance de la mano como quien dice. No es fácil, pero Australia llegó al tercer partido consecutivo como no favorito y en ese sentido no sorprendió a nadie que el partido terminara nuevamente en sorpresa, con los ex oceánicos imponiéndose 1 a 0 con gol de nuestro conocido Matu Leckie.

Australia festejando el 1-4 contra Francia y saboreando la clasificación.

La verdad es que nadie daba dos pesos por este equipo, y eso que hoy dos pesos es realmente muy poca plata incluso para una limosna, pero a pesar de lo que dijo la Guía BSM (ya vamos a explicar por qué en realidad acertamos), terminó segundo y ahora vuelve a enfrentarse a Argentina, a McAllister y al Batigol, esta vez rengueando desde la platea mientras se come unos dátiles y finge interés en el partido.

Túnez

Tal vez la gran decepción. Borges decía «el peor error que puede cometer un equipo en un mundial es arrancar de punto y terminar de banca». Y eso le pasó al equipo de Cártago. Contra Dinamarca en su debut se esperaba que fuera fácilmente derrotado, pero Túnez desafió a los astros (como Ronaldo, que dijo que Dinamarca era favorito) y le hizo un gran partido. Ese fue el primer error: hacerle un gran partido a Dinamarca implicaba llegar al segundo partido ante Australia como banca, y, como consecuencia, con todas las de perder. El segundo error fue no ganar ese debut, lo que produjo que Túnez llegara al segundo partido como banca y al mismo tiempo con sólo un punto: escenario catastrófico. Como era de prever, perdió contra el golpeado Australia y llegó al partido decisivo contra Francia otra vez como punto, por lo que lógicamente venció, pero ya dependiendo de otros resultados. Aun así, si bien falló la estrategia general, Túnez se despidió dejando una buena imagen (acá iba a hacer un chiste con una imagen literal, pero me parece que no es el momento).

Francia

¿Los genios de la estrategia? Francia hizo todo bien en este mundial. Ganó sus dos primeros partidos con contundencia, momentos de gran fútbol y un Mbappé encendido, sabiendo que todo esto lo ponía como candidato, es cierto, pero también le dejaba resto para poner los suplentes en el último partido contra Túnez. Jugada maestra de Marcel Deschamps, viejo zorro de mil batallas, que entendió que Francia ya tenía el cartel de candidatazo y que sólo una derrota contra un equipo africano, y en lo posible de esos que no ganan nunca, podía bajarla del pedestal. Puso un equipo lamentable, con jugadores en puestos diferentes a los que juegan siempre, y al que le anularon un gol sobre la hora. ¿Peor imposible? Mejor posible, responde Deschamps, haciendo un juego de palabras de dudoso sentido. Ahora les bleus arrancan octavos sin presiones, sabiendo que ya se habla de que bajaron la guardia y que cualquiera les puede hacer partido, pero no va a ser fácil: en menor medida siguen siendo favoritos. Polonia, sabiendo todo esto, clasificó de la peor manera posible, perdiendo y sacando a Krychowiak o como se escriba sólo para ganar el duelo del fair play y clasificar sobre México de la manera más penosa permitida. Francia es favorita, es cierto, pero no tanto como pudo serlo y esto es obra de un artista de la provocación táctica permanente como el tipo este que dirige.

Deschamps confundiendo a sus dirigidos en el último partido.

Dinamarca

Tal vez la gran decepción. Dinamarca, igual que Argentina, llegaba con todos los elogios y las loas de hinchas y periodistas especializados: «Candidata a revelación», «Ganó 293 de los últimos 294 partidos», «NO VA A PERDER NUNCA MÁS, TERMINÓ EL FUTBOL PARA SIEMPRE», eran algunos titulares de la prensa internacional luego de su sensacional clasificación mundialista y de la muy buena Eurocopa 2021. La Guía BSM, sabiendo todo esto, la erigió como campeona. ¿Equivocadamente? No. Para el lector entre líneas, cuando en la Guía BSM se habla de los pronósticos se sabe que en ese mismo acto se está cambiando el curso de acción de las cosas por su reverso (por esta cuestión de que el favorito siempre pierde) y es por eso que todo debe tomarse indefectiblemente al revés de lo que se pronostica. Es decir, nuestra predicción fue casi 100% correcta (para ser 100% acertada, Dinamarca debió haber terminado última. Aún así estuvimos muy cerca).

Dinamarca comenzó su experiencia en Oriente cometiendo el peor de los pecados: arrancó de banca contra Túnez pero NO perdió (es significativo que los dos terminaron afuera). Esto es básico: no hay que empatar el primer partido, muchachos, o se gana o se pierde, eso es el ABC1 del fútbol!!11! Ningún campeón, nunca jamás, en la historia de ningún deporte empezó empatando el primer partido. Este empate no fue suficiente para llegar como punto total en el segundo partido contra Francia, y además Deschamps ya tenía su estrategia de perder el tercero, por lo que Dinamarca sucumbió antes les bleus. Con esta derrota los daneses esperaban poder torcer la historia y no ser favoritos contra Australia, pero no fue más que una patética ilusión: Australia nunca es favorita, amigos, no importa lo que haga, y por eso es candidata firme a ganar el mundial. En definitiva Dinamarca hizo lo que pudo, pero supo que su suerte estaba sellada desde que no perdieron aquel primer partido con Túnez. Oportunidades no le faltaron, pero sí le faltaron crisis, y eso en el fútbol se paga, y con goles, y qué goles.

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Esta entrada fue publicada en 2 de diciembre de 2022 por en Qatar 2022, Varios y etiquetada con .

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