La invitación surgió casi por casualidad. La charla venía por el lado de los tamales mexicanos (sí, como en el NOA argentino, como en el altiplano: tamales, igualitos) y por la cantidad de jugadores argentinos de todas las estirpes que pueblan el fútbol de ese país.
Dos jóvenes entusiastas, estudiantes de periodismo en el Centro Universitario de la Ciénega de la Universidad de Guadalajara, realizan partido a partido la cobertura, el relato, la trasmi de los partidos del único equipo local: Nuevos Valores de Ocotlán (Jalisco, México).
Por la mañana nos invitaron, un martes, por la tarde fuimos al estadio, un miércoles. Al Estadio Municipal de Ocotlán llegamos caminando, desde la sede de la Universidad. Un par de indicaciones son suficientes y el largo paredón hace de alfombra para llegar al acceso. Saludamos cordialmente, nos presentamos como periodistas argentinos, nos hacen pasar y nos prometen saludar al presidente de la institución.
El Nuevos Valores juega en la tercera división del fútbol mexicano y su estadio es tan humilde como pintoresco. Dos tribunas de cemento, sobre los costados. Una bien alejada, solamente ocupada por un hombre bastante mayor, nos queda enfrente. Ocupamos la tribuna principal, techada, con público de ambos equipos compartiendo la grada. El partido del día es contra Mazorqueros de Zapotlán.
Charlamos con el presidente, como fue prometido. Jorge López Verduzco es un tipo tranquilo, conocedor de la realidad y de las limitaciones del club. Habla tranquilo, amable, con precisión. Es muy cordial, agradecido, generoso. La visita al Nuevos Valores, terminará con una visita al vestuario que será difícil de olvidar. Álvarez será el anfitrión, nos regalará generosidad y afecto. Un señor.
Nos ubicamos en la tribuna, cerca de los encargados de la transmisión: Alfredo López Ponce y Carlos Mora relatan, por radio web, todos los partidos de la campaña del combinado local. El equipo lo integran pibes jóvenes, con caras de 15-17 años (efectivamente andan por ahí, nos lo confirma el presidente más tarde). El club sirve de vidriera para que los chicos terminen jugando en divisiones superiores. El ascenso parece ser tanto un sueño como un objetivo fuera de pantalla.
Las tribunas con ambiente ultra familiar. A minutos del comienzo del match, llega una moto de la pizzería Santino´s y quedan listas las cajas que se venderán durante el partido (luego sabremos que el presidente es el dueño de la misma). También venden bebidas y alguna botana mexicana al paso. La tarde es deliciosa, lo mismo piensan los mosquitos de nuestras dermis sudamericanas. Nos vamos achurados, con heridas que aún hoy permanencen…
El resultado es anecdótico (aunque bien vino no ser piedras): gana el Nuevos Valores 2-0, con el segundo al final para sellar el asunto. Con las disculpas del caso, nunca sabremos quiénes hicieron los goles. Sí nos llevamos el recuerdo de una tarde de fútbol, de una cancha poceada, del césped desparejo, del color local incomparable, de unas porciones de pizza…
La visita final al vestuario, el aplauso de todo el plantel, algunas palabras del presidente, algunas de Francisco Godínez… El regalo oficial de una camiseta oficial del Nuevos Valores… Cosas difíciles de olvidar…
El fútbol es como la vida, y nos dejamos un pedacito en el Municipal de Ocotlán.
Crédito fotos: Martín Parola (Universidad Nacional de Rosario).
Muy jóvenes realmente los jugadores como se ve en el vestuario! Y muy bueno que un club los haya tratado con esa grandeza y humildad
Muy bueno!! Buenas fotos, gran relato y mejor experiencia!!