Guadalajara, México
Enviado especial
Pero no solo de kabaddi vive el hombre. Sí, aunque cueste creerlo, también existen otros deportes, como por ejemplo uno llamado fútbol. Pero hoy no hablaremos de fútbol, sino de futbol, así, acentuado en la o. Porque resulta que un móvil (el 4) de Bola Sin Manija estuvo recientemente en México, donde fue a investigar todo lo concerniente al deporte. Allí tuvimos la suerte de asistir a un partido entre las Chivas y Morelia en el imponente estadio Omnilife de Guadalajara.
Todo comenzó con una llegada tarde, pues el estadio se encuentra alejado y todo el mundo va en auto. Ir con el tiempo justo puede significar perderse gran parte del partido. Esta vez fue la vez que me sentí más cerca del Día de la Independencia, es decir, de un ataque extraterrestre final. No solo por las caravanas de autos que sin avanzar intentaban alejarse de la ciudad, sino porque el propio estado Omnilife es lo más parecido a un plato volador destructivo que vi en mi vida.
El auto que nos llevaba nos dejó en algún lugar lejos de su destino final. Sus ocupantes nos gritaron algo así como «Salgan, corran por su vida, cuenten la verdad de todo esto a quien quiera escucharlos». Fue así que nos bajamos en el medio de la autopista, y corrimos campo traviesa hacia aquella endemoniada y bella nave espacial. Y aquí estamos contando nuestra verdad.
El partido tuvo sus entretenciones, propias del futbol mexicano: inocencia defensiva, mucho espacio, velocidad, y goles. Un partido controlado de pe a pa por las Chivas, quienes ganando 2-0 intentaron pechear sobre el final (se comieron el descuento del Morelia y en la última jugada se salvaron de sufrir el empate). Fuera de esto, que cualquiera podría averiguar abriendo una web, paso a puntear qué cosas me llamaron la atención de cómo se vive el fútbol en el hermano país de México.