Bola Sin Manija

Fundamentalistas de la verdad alternativa

¡Sub Campeones!

No sé si todos coincidirán conmigo, pero para mí lo de ayer es de esas tristezas que se parecen cada vez más a la felicidad a medida que pasan las horas; ese caramelo ácido que te deja un buen sabor de boca al combinarse con otros sabores; la pastilla amarga que te baja la fiebre y te permite descansar.

En el momento, ni bien terminado el partido, estaba golpeado, triste. Nunca enojado, porque no había con quién estarlo. Se hizo un muy buen partido, con fallas en la definición importantes en tipos que normalmente no fallan (¿el contexto? ¿el cansancio? ¿importa?) en las cinco o seis oportunidades claras que se crearon. Alemania logro convertir en una de las tres que tuvo. No hubo mucha más diferencia que esa y no hay necesidad de buscar culpables.

O, en todo caso, podemos buscar culpables del excelente resultado logrado. Y son todos. Son los 23 tipos que se ponen los cortos y es el cuerpo técnico. Es el equipo. Porque sin tener un fútbol brillante en lo ofensivo, en lo defensivo fue un equipo que jugó, justamente, como eso: un equipo. Que se relevó, cubrió las espaldas, ayudó en la marca y se sostuvo mutuamente. Es todo un logro, cuando hasta hace un mes parecía un conjunto de individuos que, con suerte, sabían la fecha de cumpleaños del de al lado.
Curiosamente falló el punto fuerte de este equipo, lo que se destacó durante las eliminatorias. El ataque no estuvo cerca de lo esperado, mientras que la fase defensiva hizo un excelente trabajo (y hay mérito en eso) desde que terminó la fase de grupos. Es muy interesante, ya que era algo que parecía imposible y que todos estabamos seguros se iba a caer a pedazos en cuanto hubiese que jugar con lo que los expertos de sillón denominan «un equipo en serio».

Me he dado cuenta que soy menos exigente con un equipo que juega un mundial que con el que juega un torneo local, una eliminatoria u cualquier otro campeonato. Supongo que es por la importancia y las ganas de llegar lejos; pero también por entender que la dificultad es mucho mayor, a la vez que los partidos son muchos menos y los imponderables afectan mucho más al desarrollo del juego. Es como una fiesta de cumpleaños: probablemente no sea perfecta (siempre falta un primo, se emborracha un tío o se te muere el perro en el medio), pero que bien se siente igual.

No me quiero alargar demasiado en un post que no dice nada, salvo eso: cada vez estoy más contento con el mundial que hizo Argentina. Y si no se pudo ser campeón cada vez me importa menos. Porque viví un mes de nervios pero mucha alegría y eso vale. Vale mucho. Pero mucho, ¡eh!

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Esta entrada fue publicada en 14 de julio de 2014 por en Apartheid otra cosa [polémicas], Mundial 2014 y etiquetada con , , , , , , , , .

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