La decadencia del fútbol juvenil argentino post-Pekerman sigue su marcha a paso firme. No me refiero tanto a nivel resultados como a lo que tiene que ver con la formación de lo que serán los futbolistas del mañana, los que en el mundial que se disputará en nuestro país en 2030 serán quienes aporten la cuota de experiencia y sabiduría.
Está claro que nada bueno, a nivel humano, puede salir de algo manejado por Bilardo (coordinador de selecciones nacionales) ni por Humbertito Grondonita (coordinador de selecciones juveniles), quien ya se había destacado, a su estilo, en el Sudamericano sub-17. Ahora fue el turno de la sub-15 (!!), que disputa en México la Copa de las Naciones. Argentina empezó empatando 1-1 con Costa Rica y, en su segundo partido, perdía 3-0 con Colombia y el árbitro suspendió el partido luego de expulsar a 3 jugadores argentinos y que un cuarto debiera salir por lesión. El técnico, Miguel Angel Lemme (quien fuera ayudante técnico de Maradona), conductor y adulto del grupo ya había sido expulsado.
Argentina goleó después a Cuba y jugará en cuartos con Chile pero lo más destacado es que la imposición de la moral bilardeana ya es una política y no una excepción a nivel de juveniles.