Lamentablemente el mundial ha empezado a irse. Queda muy poco para que nuevamente termine, y una larga espera de cuatro años nos azote sin compasión.
Cómo vamos a extrañar los bichos gigantes, a Mandela, los negros y blancos unidos contra los asiáticos, las cornetas esas que hoy sufrimos.
Pero es así. Hoy, señores, el mundial ha empezado a terminar.