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El pato afgano o cuando el deporte ya no es metáfora de la guerra

Cuando hablamos del pato afgano, no estamos hablando de una especie cruza entre el pájaro y el perro, sino de uno de los deportes más violentos y atractivos que existen en el mundo, y que guarda muchas similitudes con el pato, deporte nacional argentino.

Hoy vamos a hablar del buzkashi. El buzkashi es el deporte nacional de Afganistán, aunque hay vestigios en toda Asia central y algunos aseguran que su origen tiene lugar en Uzbekistán. El juego consta de dos equipos de jinetes y sus caballos, y el objetivo es llevar una cabra muerta al fondo de la cancha. Lo que otrora aquí se hacía con un pato, en estas tierras asiáticas lo hacen con una cabra entera. Aunque en realidad no entera, pues para jugar se le saca la cabeza, lo que ya no sé si interpretar como un gesto de decoro o de mayor crueldad.

Pase entre líneas

Pase entre líneas

La cancha tiene unos dos kilómetros de largo, y en realidad nadie sabe muy bien donde empieza ni donde termina. Digamos que una cancha de buzkashi, empieza donde termina la cancha de buzkashi del prójimo. Y no sucede lo mismo en cuanto a los derechos y el respeto, pues en el buzkashi todo se vale con tal de anotar un gol de cabra. No hay árbitro, por lo que los mismos jugadores deciden quién gana y qué corresponde en cada caso. Pero a la vez, las maniobras para hacerse de la cabra pueden llegar a niveles de violencia que podrían catalogarse, por lo menos, como correspondientes a otra cultura.

Gente que nada tiene que hacer...

Gente que nada tiene que hacer…

Tradicionalmente, tampoco había tiempo, así que sobre la marcha van viendo dónde termina el partido de buzkashi y empieza el partido de la vida. Los talibanes lo prohibieron un tiempo por inmoral (imagínense), pero ahora se practica todos los viernes en Kabul.

En Kirguistán se juega algo parecido llamado kokboru; en Kasakhstán se llama kokpar; y en Estados Unidos se ha llegado a jugar bajo el nombre de kav kaz. Si bien ahora hay competencias más reguladas, sobre todo por el Comité Olímpico Afgano (canchas de 400 metros, tiempos de 45 minutos y equipos de 10 jugadores), la violencia con que se juega tradicionalmente, hacía que se extremaran las protecciones para los jinetes. De hecho, los equipos soviéticos utilizaban partes de tanques de guerra rusos como armadura para los chapandoz, como se conoce a los jugadores.

En Rambo III se jugó al buzkashi.

En Rambo III se jugó al buzkashi.

Los chapandoz se conocen todos. De hecho, no se suele jugar con distintivos de equipo. Es tan violento el juego, que los chapandoz suelen llegar armados y con guardaespaldas a cada partido.

En realidad, ahora que lo pensamos, siendo que no hay marcador, ni reglas, ni árbitro, ni lugar ni tiempo, y que se practica todos los viernes en Kabul, me parece que este deporte no es una metáfora de la guerra, sino que es la guerra misma.

Fíjense hacia el final del video como cae un jugador y se lo llevan o muerto o preso. Y luego fíjense el primer plano final de una disputa por el balón. No apto para vegetarianos.

Un comentario el “El pato afgano o cuando el deporte ya no es metáfora de la guerra

  1. Barrilete Acuático
    5 de abril de 2015

    ¡Mirá vos! Yo había visto de chico una peli que hablaba de los chapandás, en la que llevaban una cabra decapitaba para arriba y para abajo, como si fuera un pato del pato. Al protagonista le cortaban una pata y el tipo seguía dale que te dale arriba del caballo y cagandosé a trompadas con otros jinetes. Acabo de guglear y la joya se llaman The Horsemen (1971). Alto viaje.

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