Bola Sin Manija

Fundamentalistas de la verdad alternativa

¡Play ball!

Soy una persona socialmente inepta . No digo que no pueda desarrollar mi vida en sociedad de forma normal, sólo que la sociedad probablemente se sienta más cómoda si estoy sentado en el asiento del fondo y evitando contacto visual.

Hace un par de meses me tomé un colectivo y descubrí con horror (me gusta exagerar mis reacciones) que no tenía la tarjeta SUBE. Empecé a buscar las monedas y una señora me ofreció su tarjeta para pagar. Ahora bien, dejemos en claro que la tarjeta SUBE todavía es algo relativamente nuevo y las reglas sociales de utilización de la misma no están tan firmemente establecidas como, digamos, las de las cenas en la casa de la Duquesa o la utilización de mingitorios en baños públicos. Todavía es un terreno casi inexplorado.

Algo así como un mapa de las pesadillas de los introvertidos. Pero con más colores.

Algo así como un mapa de las pesadillas de los introvertidos. Pero con más colores.

Ahora bien, como soy un tipo inteligente, me di cuenta que lo lógico era que, aparte de decirle gracias a la señora (cosa que hice), le pagase el pasaje con mis monedas. La señora con su gesto me permitía pagar el pasaje al precio con SUBE y yo no la estafaba. Un clásico win win. Lástima que se me ocurrió unas 3 paradas después de subir y ya la señora se había ido al último asiento de un colectivo lleno. Y no estaba muy seguro de cuál era porque, básicamente, para mí todos los seres humanos son iguales (pero literal y físicamente iguales).

Así veo yo los colectivos.

Así veo yo los colectivos.

Para hacer una historia larga aun más larga, simplemente digamos que me terminé bajando 3 paradas antes de la que me correspondía por la verguenza del faux pas social (casi mayor que la vez que me caí del colectivo, el colectivero bajó a buscarme pensando que me había atropellado y terminamos subiendo abrazados al 124). Lo malo es que llegué un poco tarde a dónde iba; lo bueno es que descubrí una peluquería latina en la que se deben cortar el pelo todos los cantantes románticos. Había como 8 sillas y todos cortandose al son del reggaeton.

Les juro, era como una convención de imitadores de Elvis que les había salido mal e imitaban a Cheyenne. O una convención de imitadores de Cheyenne, imagino.

Había unos 20 tipos con este corte. Les juro, era como una convención de imitadores de Elvis que les había salido mal e imitaban a Chayanne. O una convención de imitadores de Chayanne, imagino.

Ya tienen contexto. Ahora, dejenme decirles que creo que la verguenza que pasé yo no es nada con la que debe haber pasado esta pobre chica de Hooters en un partido entre Philadelphia y otro equipo que no tengo idea cuál es, cuando decidió que una pelota totalmente jugable había pasado a mejor vida e hizo esto…

Para los que no entienden el reglamento del baseball (99% de la población mundial, incluída la chica del video, los asistentes al partido, 21 de los jugadores, 1 de los técnicos, los comentadores, el panchero del estadio y el inventor del deporte) esa pelota estaba jugable y se interrumpió una jugada. Como si en un partido de fútbol el utilero se metiese, agarrase una pelota que no salió del campo y se la diese a la tribuna, pero con shorts más parecidos a los que usaban en el Mundial 78 que a los que usarba Galindez.

Son sublimes tanto el momento en que se da cuenta del error como la reacción del público, algunos de los cuales aplauden, otros putean, la mayor parte se mira confundido y varios deben preguntar el score, dónde están y si falta mucho para que se puedan ir. Además, dos cosas son destacables: a las chicas las eligen tomándoles pruebas de conocimiento del reglamento, de habilidades personales y de habilidad para el deporte; y esa era la segunda vez que pasaba esa situación en esa primavera. Las pruebas claramente son muy difíciles.

Finalmente, se preguntarán qué hacía en el medio de la cancha. Lo que pasa es que el baseball no es un deporte, sino una forma de adoración de todo lo grasa y berreta de la sociedad norteamericana: cerveza, gordos, panchos con cosas encima, gritos, manos gigantes de plástico y, por supuesto, Hooters.

6 comentarios el “¡Play ball!

  1. juanzino
    20 de septiembre de 2013

    Muy buen informe sobre distintos problemas que aquejan al mundo, ligados al menos por su falta de ligazòn, con el deporte.

    Creo que lo de las chicas hooters que agarran la bola (lo iba a reformular pero ya fue) deberìa estar legalizado.

    • PatUPMA
      20 de septiembre de 2013

      Tenía el video nada más y quería usarlo, pero viste que poner videos sueltos está mal visto.

  2. corbatta
    21 de septiembre de 2013

    creo que lograste sacarle todo el jugo posible al video del gato de hooters haciendo una especie de stand up con fuertes críticas al capitalismo y una reflexión sobre la vida en sociedad y la existencia humana carente de sentido (si no fuera por los gatos de hooters que le dan algo de sentido), felicitaciones!

  3. Nelson Letelier
    21 de septiembre de 2013

    Es el mapa de mi país Bolivia.

    • PatUPMA
      23 de septiembre de 2013

      Efectivamente. Aunque tuve que modificar un poco la división política para que me entrase mejor el texto. Buen ojo!

  4. jorgemhz
    24 de septiembre de 2013

    jajajajaja es la mejor nota por todo lo que no tiene que ver con la nota, que es la peor.
    Lo que tengo para decir es: en mi época en Hooters con esas tetas casi convencionales no te tomaban

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Esta entrada fue publicada el 20 de septiembre de 2013 por en Varios.

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