Cómo se arma un equipo? Con un objetivo común (ganar la Davis en este caso), con una buena convivencia entre los integrantes (requisito no indispensable) y con una identidad (que puede ser de nación, de juego o de cualquier cosa). Pero si hay algo que genera identidad y unión es tener un enemigo en común. No parece buena idea elegir como enemigo al mejor jugador del equipo pero bueno, así es el tenis.
Está claro que Nalbandian juega la Davis con todas sus ganas y como prioridad, así como también no parece poder compartir equipo con alguien que se destaque más que él. Pero con él como líder y con la legión argentina clase B de acompañantes, Jaite armó un equipo tal vez por primera vez para jugar la Copa Davis. Y el enemigo común que cohesiona no es otro que Delpo, el número 1 de Argentina.
Así le ganó a Alemania y a Francia, dos equipos a priori superiores o muy parejos al menos, en polvo de ladrillo y de local (serán evasores, garcas, egoístas, clasistas, creadores de corridas cambiarias y burbujas especulativas, cipayos y vendepatrias pero a la hora de alentar al país en un partido de tenis- que es lo realmente importante para el país- cómo se hacen sentir los hinchas argentinos!).
Alcanzará con el hambre y la unión para ganarle a Djokovic? No. Ni siquiera para ganarle a República Checa de visitante. Pero en la Davis todo puede pasar (esta frase no se dijo nunca), como por ejemplo, que se lesionen todos los rivales antes de jugar o, al menos, alguno.
Así que a sumarse al humo que emana a raudales de Parque Roca y a inflar al máximo a este equipo así después cuando pierdan, los podemos matar sin piedad acusándolos de pecho fríos a los que hoy son nuestros héroes.
¡Vamos por más derrotas heroicas! Perderán con Checa, pero nadie podrá reclamar que no dejaron todo, salvo la Afip, los mapuches, los tehuelches y los ranqueles.