Carrasco sigue su camino
Tres partidos. Dos empates y una derrota. Un gol a favor y dos en contra. ¿Carrasco cambió? ¿La última esperanza del fútbol ultra-ofensivo tambalea? Pues definitivamente, no. Sin duda que no ha mostrado la capacidad ofensiva de otros equipos que supo dirigir, pero en varios momentos de los partidos el tiki-tiki de Carrasco, el que no toma prisioneros, el de atacar a toda costa a los rivales, se ha podido ver.
También se ha hecho presente la megalomanía Carrasquense en todo su esplendor. Es sabido que él asegura que si un equipo capta su idea en un 100%, ese equipo puede ganar todos los partidos ante cualquier rival del planeta tierra y aledaños. Lo cierto es que Carrasco avisó al asumir que para ver el real funcionamiento de Danubio bajo su mando iban a tener que esperar unos tres o cuatro partidos. Y con tres partidos jugados, Danubio juega cada vez más tiki-tikiando.
Otro aspecto en el que parece haber cambiado es en su relación con la psiquiatría. Sin llegar a ser un Charly García del fútbol charrúa, gordo y tupido de fármacos, Carrasco exhala un serenidad asombrosa, pide a los jueces que cobren lo justo para que de esta manera el juego se haga más dinámico, en entrevistas ha hecho mención a interesantes charlas que tuvo con su psicólogo.
Pero Carrasco es Carrasco y siempre va a crear un suceso, una actividad paranormal que va a dejar su huella en la media del fútbol uruguayo. Veamos lo que dijo Pablo Álvarez, lateral de Nacional que supo fracasar en varias ligas de Europa, incluyendo la polaca, que al final del partido declaró: “Danubio es un equipo que no respeta la figura táctica. Cuando yo subía, el extremo se quedaba clavado y no subía”
Todos nos hacemos una idea de lo que realmente pasó por la cabeza de Álvarez ante esta situación: » Estoy subiendo y nadie me marca, qué hago, me quedo o me voy, así no se puede jugar, la puta madre, no vale esto»
Todo esto y mucho más está asegurado con Carrasco, que por suerte volvió a las canchas.
2 comentarios el “Carrasco sigue su camino”
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Bola Sin Manija 
jajaja genial el desconcierto de Pablo Alvarez
A la mayoría de los jugadores de hoy, los dejás solos con la pelota y la pierden solitos: son sus propios peores marcadores