¿Quién es Jorge Sampaoli? ¿El DT del futuro? Bueno, no sé, pero era un título ganchero, como dicen ahora los periodistas.
Muchos nos sorprendimos al oir el nombre de este argentino que empezaba a hacer hablar al fútbol. Todos conocimos el gran juego de la Universidad de Chile, el grande trasandino comandado por Sampaoli, al verla ganar la Copa Sudamericana. Todos menos BSM, claro, que descubrió su juego antes de que ganara el primer título chileno, concretamente en la semifinales de dicho campeonato. Luego ganó dos títulos nacionales y la Copa Sudamericana, con un juego vertiginoso, contundente, agresivo y honesto. ¿Pero quién es el gestor de esta historia?
Jorge Sampaoli nació en Casilda, provincia de Santa Fe. Jugó muy poco al fútbol, en las inferiores de Newell’s. Su poca destreza y una gran lesión lo hicieron retirarse casi antes de comenzar, a la tierna edad de 19 años. Trabajó en el Banco Prvincia y hasta celebró algunos matrimonios como juez de paz.
Se lo ha tildado como un aprendiz de Bielsa, aunque se trataría de una especie de sucesor en vida, ya que no trabajó nunca con él, pero sí lo admiró y comenzó a observarlo en su etapa dorada como DT de la Lepra en los 90. Allí comenzó a adoptar sus conceptos de fútbol vertiginoso, al ataque, además de su poco trato con los periodistas, su timidez, su mirada vidriosa y su forma de caminar alteradamente al costado del campo.
Cuenta la historia que desde siempre se trató de un DT meticuloso, obsesivo y detallista. Tuvo la chance de comenzar su carrera dirigiendo en torneos locales al Alumni de Casilda. Cuenta la leyenda que lo expulsaron en un partido (otra de sus características más destacadas) y terminó dirigiendo a sus jugadores desde la copa de un árbol lindero con la cancha.
No es Luca Prodan en Córdoba. Es Sampaoli disfrutando de su primera copa, la del árbol, la que no tapa el bosque.
Y cuenta el mito que Eduardo López, excéntrico presidente de Newell’s, vio esta foto en un periódico y no dudó en llamarlo para otorgarle la dirección técnica de Argentino de Rosario, especie de filial de Newell’s.
Allí dirigió en la Primera B Metropolitana hasta el año 2000. Luego, en 2002, no se sabe por qué, pasó a dirigir en clubes de Perú, comenzando con una mala campaña en el Juan Aurich. Ese mismo año pasó al Sport Boys, donde dirigió hacia el no final del campeonato de 2003, ya que nunca terminó por una huelga de futbolistas. Luego pasó al Coronel Bolognesi, donde se sintió en su salsa, ganando experiencia y cada vez mejor efectividad. De allí, en 2007 fue contratado por un grande de Perú: el Sporting Cristal, pero pese a su transparencia todo se quebró con una mala campaña.
En 2008, emulando un San Martín al revés, pasa al O’Higgins de Rancagua, en Chile. Sin obtener todavía buenos resultados seguía consiguiendo trabajo. Allí es cuando sorprende ubicando al humilde equipo en el tercer lugar de la tabla y accediendo a los playoffs. Esta experiencia lo llevó en 2010 a Ecuador, como un San Martín que se pasa de largo, donde dirige a su segundo grande: el Emelec. Queda en el segundo puesto, y pasa en 2011 a la Universidad de Chile, donde termina de construir su sistema futbolístico y comenzar a gozar de los primeros resultados, ya conocidos.
Este DT, hoy con resultados que le permiten trabajar con más tranquilidad, es deudor de la renovación bielsística, y desde aquel árbol en donde alguna vez dirigió un partido hasta hoy, solo ha sido movido por sus convicciones y el trabajo. Define al ataque como un “único método” o como “una forma de expresión”. Sus equipos de 3-3-1-3 terminan casi todos en el área contraria, exigiéndose físicamente. Pero en ese bielsismo honesto, no resignan el tiro desde afuera, algún que otro pelotazo, la variante entre el centro y el ingreso por el medio con pelota dominada y juego asociado. Tampoco parece sufrir del mal de la manta corta, ya que, al menos la U de Chile, es un equipo vertiginoso en el ataque pero férreo en lo defensivo. La opción por lo físico está dada en la cantidad de gente que pone en ataque y paralelamente, el orden táctico para defenderse del rival.
En la U lleva casi un 70% de efectividad, y una diferencia de gol de +116. Perdió solo 7 de 86 encuentros. Recientemente ganó el clásico a Colo Colo por 5 a 0 y dio vuelta su serie de Libertadores con Dep. Quito, de un 1-4, ganando en Santiago 6 a 0.