Así es, cuando muchos pensaban que era irrecuperable, volvió el superclásico. Después de 12 años, volvió a disputarse un Atlanta-Chacarita, el superclásico de cualquier divisional de ascenso que también puede disputarse en primera. El superclásico, por ende, más flexible de la Argentina.
BSM se trasladó al Estadio Naconal de Villa Crespo para vivir todo el color y el calor de este partido trascendental. El resultado: una basofia. 0 a 0 aburrido, trabado, con pelotazos, como no le conviene a Atlanta.
El equipo funebrero estuvo haciendo tiempo desde el comienzo, y el bohemio no pudo poner la pelota al suelo nunca. Incluso este cronista llegó a escuchar y asentir un «Devuelvan la plata de la entrada!»
La cancha estuvo repleta, y las empanadas del boliche de en frente en la calle Humbolt (el cartel de la calle dice Humbolt,, como lo dice el pueblo, no Humboldt) estaban tan ricas como siempre. No mucho más para comentar.