“Quedan ajustar unos detalles para que Carrasco firme con el club” dijo un dirigente de Danubio. “Ajustá los detalles, ajustá el cinturón, ajusticiá a alguien, pero quiero que Carrasco dirija de una vez por todas a Danubio” le digo a este dirigente.
Danubio y Carrasco se están llamando. Danubio le dice a Carrasco que siempre le gustó su sistema, Carrasco ruborizado por la coquetería de Danubio contesta que su idea se adapta perfectamente al club y todo parece indicar que el romance tantas veces postergado va a comenzar.
Los hinchas de Danubio, cuales voyeurs desencajados, imaginamos que el romance va a explotar. No podemos dejar de pensar en que el toque, las moñas, el atacar al arco contrario irresponsablemente, va a inundar las canchas del fútbol vernáculo poseyendo de forma lasciva al resto de los teams (la mayoría dirigidos por técnicos que apuestan a la inteligencia del jugador, software para estudiar rivales, power point para ensayar jugadas y nulo fútbol asociado, como pregona el Dios Tabarez).
Por supuesto que estos deseos pueden derrumbarse rápidamente y Carrasco en una de esas ni siquiera llega a dirigir. Los dirigentes de Danubio no se han comportado de manera muy avezada en los últimos años y la psiquis de Carrasco nos puede deparar cualquier actividad paranormal.
Más allá de esto, el deseo está. Y la fantasía de que se forme un ménage à trois hereje conformado por Danubio, Carrasco y la hinchada está latente. Ojalá se nos dé.
La dificultad que tiene Carrasco en el mundo futbol es no haberse colocado la gloriosa camiseta Xeneixe, tal vez con ella se contagiaba de éxitos, porque la azul y oro es como un talisman.
O haber conseguido un Macri que le compre títulos
¿¿¿¿¿??????.
carrasco jugó en Racing por eso es tan glorioso y siempre fracasa y por eso lo quiero
No hay fracasos más emotivos que los de JR. Siempre te da un momento épico antes de morir.
VIVA EL FUTBOL!!!