Hasta ahora, estas son las moralejas de los Juegos Olímpicos, lo que hay que saber para comprender los mismos. Seguiremos.
Primera: Siempre hay remo.
Segunda: Ojo con los remeros cubanos, que no los para nadie, agarran por el Tamesis y pueden llegar hasta Miami.
Tercera: Nalbandián.
Cuarta: En pingpong, al minibreak se le llama microbreak.
Quinta: Las jugadoras de beach voley tienen todo para estar buenas, pero nunca están buenas.
Sexta: Siempre vemos los Juegos Olímpicos «como nunca los viste».
Séptima: No es deporte si no hay algún riesgo de muerte.
Octava: Hay muchos coreanos, y siempre protagonizan buenas historias: el tirador ciego, la coreana que llora, las del voley que le ganan a Brasil.
Novena: Es el Juego Olímpico con chicas y chicos más lindos.
Décima: Cuando ya casi entendemos el judo, termina.
Décimo primera: El bádminton es el mejor deporte del mundo.
Muy bien. Pero ¿por qué el bádminton? Para mí es, y ya lo dije, el fútbol femenino…