Camerún llegaba luego del 0 a 1 contra Japón y Dinamarca 2 a 0 contra Holanda. Los dos habían presentado un futbol horroroso pero inesperadamente brindaron el mejor partido del mundial.
Camerún arrancó ganando gracias a la verticalidad ofensiva de A. Song y Emaná pero se quedó afuera del mundial por no poder resolver el truquito de los daneses de tirársela larga a Rommedahl. Un pase al robot Bendtner
(¿¿Baby Bergkamp?? quiero examen vejatorio de ADN!) y un enganche medio facilongo contra la falta de cintura de Makoun bastó para darlo vuelta.
Triste, porque el único equipo africano que se rebeló contra su técnico europeo terminó quedándose afuera por no poder solucionar la marca del siete danés y, sobre todo, por errarse diez millones de goles. Injusticia poética.