Pensar el festejo

La primera victoria de Central como local tuvo un momento conmovedor.

El gol de Lucho Figueroa fue una volea perfecta. Lucho se levantó la remera para el festejo. El director poncha la tribuna justo cuando una persona con rasgos que indicaban síndrome de down imita a su ídolo, también se levanta la remera y le muestra el corpiño a la cámara. Ternura absoluta, reacciones instintivas donde uno mire y un ejemplo irrefutable de que, algunas veces, las cámaras están ahí en el momento justo para capturar un instante mágico.

Se multiplican las repeticiones del gol desde ángulos distintos hasta que, y he aquí nuestra polémica, se repite en cámara lenta el momento en que Lucho se tapa la cara justo antes de volver a mostrar, ¡y también en cámara lenta!, ese segundo festejo que segundos antes nos produjo ternura.

¿Qué hacemos? Difícil. El primer reflejo es pensar que el director de tyc no se rescata. Pero eso, cierto o no, me resultó irrelevante a la hora de ponerme a pensar qué me provoca esa repetición, porque tengo clarísimo qué me pasó al ver «el vivo». A minutos de haber encontrado el gol en youtube, y después de haber visto de nuevo la secuencia,  no tengo nada tan claro. Tal vez no se me aclare nunca, pero sé que voy a estar un buen rato pensándolo.

Y mientras me tomo mi tiempo, les dejo el gol con un muy buen relato de Gabriel Anello, que cuando evita algunos lugares comunes irritantes (acá habla de la distancia de rosario, la lucha de figueroa…) y controla ese costado sentencioso -que encima se potencia cuando se florea con cierto desconocimiento profundo del arbitraje- demuestra que tiene buena madera de relator.